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jueves, 12 de diciembre de 2013





Si yo pudiera, si por un momento mi boca fuera como mis dedos, capaz de decir lo que pasa por mi cabeza, no tendría esa dificultad para decirte. Podría decir te quiero, pero eso es algo fácil de decir, podría decir que tengo que vivir descalza para no correr hacia ti, que se diluyen mis palabras para explicar mis suspiros, que mis gemidos son producto, suma, resta, pero nunca división. Que el cielo es verde y el césped azul porque vivo haciendo el pino, equilibrista en el mundo de no decir, de escribir para nadie. Pero todo esto ya lo han dicho antes. Busco y rebusco en mis tripas, borro lo escrito que alguna vez salió de alguna boca y me queda la página en blanco. Empiezo de nuevo. 
Me gustas como la vida, como me gusta estirarme por las mañanas, como el café con leche en el desayuno, el sol en la piel y el aire en mi pelo. Me gusta tu risa y como encojes los hombros cuando algo te es indiferente, me gustan todas tus paginas en blanco y las de los apuntes sin borrones. Si un día pudiera decirte, te diría me gustas.


sábado, 30 de noviembre de 2013







Era una mujer de silencios, de ojos vacíos y mirada al techo. El pensó que era una mujer fría, le gustaba imaginarla como una "femme fatale". Una mujer capaz de mantenerse ajena a sus tiernas caricias. Una mujer que no se miraba en sus ojos queriendo zambullirse en ellos, como él lo hacia en su cuerpo.
Ella, con su piel de vinilo, que provocaba en él un miedo infantil a verla fundirse en sus abrazos. Ella, que se giraba a la izquierda sin palabras.
Solo una vez creyó notar un ligero temblor, fue después de una ausencia, cuando él llegó urgente y en su apremio fue menos solícito.
Han pasado los años y el buceo en su cuerpo se ha convertido en un flotar en aguas mansas.
El duerme tranquilo y ella lee en la suave penumbra. Lee una de esas basuras que no hablan de amor, que hablan de sombras que someten y dañan. Y se asombra de como reacciona su cuerpo. 


sumisión s. f. Actitud de la persona o animal que se somete a otra y se deja dominar por ella aceptando su voluntad




jueves, 28 de noviembre de 2013








Antes del cielo, antes del cielo hay una vida. Porque el cielo es una promesa para cuando la vida acaba, eso pensaba cuando decidió que la vida no puede premiarse ni castigarse después de acabada, que es mejor premiarsela ahora en este presente de castigo continuo, por eso decidió reinventarse. 
Para la reinvención hubo que terminar con muchas cosas de esas que la acompañaban desde su "siempre" que no era otra cosa que su pasado presente, pasado imperfecto y presente pasivo. 
Donde se compra la fuerza de voluntad? Pasó mucho tiempo en San Google esperando encontrar la ecuación perfecta, el I+D. Fue cambiando pequeñas cosas, la forma de peinarse o mejor dicho de dejar de hacerlo, el color del cielo, el deseo de levantarse, el blues de los días y aprendió a quererse. Cuando aprendió a quererse aceptó la cama vacía. 
Y cuando pensó que había llegado el final, llegó él y la invitó a una caña.

                                        Si no es feliz, tal vez no sea el final.







martes, 19 de noviembre de 2013






Adela pasea entre los estantes del super, le cuesta una eternidad hacer la compra, mira y remira indecisa, todas las cajas le parecen enormes, no hay paquetes del tamaño de la soledad. Llega hasta las frutas y a escondidas coge unos granos de uva, se las come allí mientras la gente pasa. Es algo que hace a veces, cada vez más a menudo, abrir un paquete de bollos y comerse uno o de fruta. No lo necesita, está económicamente bien situada, tiene un buen trabajo con un sueldo más que suficiente, en el que está valorada por su jefe y compañeros.

Carlos aparca el coche, sale rápidamente entra en el super y va metiendo cosas en el carrito como un autómata. Tiene prisa por volver a encerrarse en esa habitación que es su vida, una vida cuadrada, de horas delante de la pantalla del ordenador escribiendo lo que mañana borrará cuando se levante. Su musa se fue con Ana, de eso hace mucho, hace tanto que no sabe quien vino antes o si vinieron juntas, lo que sabe es que ya no están. Llega hasta las frutas y coge una bandeja de uvas, estas se desparraman por el suelo, el paquete estaba abierto, algunas llegan rodando hasta los pies de Adela que las mira indiferente.

No hay música, esas músicas ñoñas que quedan bien cuando los dos se miran a los ojos y sonríen y parecen pensar "donde has estado toda mi vida?". No hay música, ni miradas, ni chico conoce chica, ni nada, porque esto es la vida y la vida no es una película. 

Lo único que si existe es el fundido a negro de todos los días.




lunes, 18 de noviembre de 2013







Aquí estoy, fuera del mapa, en el limbo. Acabado el tiempo de navegar rodeando la  costa de tu cuerpo. Adentrándome en tierra firme, buscando los atajos, marcando los cruces de caminos que me orientan, dejando besos, como pequeñas piedras que hacen que no me pierda cuando cierras los ojos y te abandonas a mis manos que roban tu calma. 
Acabado el tiempo que dura más de una noche, tú y yo desnudos, náufragos en las sábanas, donde falta el aliento pero no podemos parar de nadarnos, siempre hasta la siguiente ola que nos eleva en el horizonte, pero que al final nos devuelve a la playa, a la habitación donde las cosas me parecen nuevas porque no miro más allá de ti.
Es hora de vestirse, el mar está en calma, fuera llueve. He dejado bajo la alfombra la ternura que me ancla.



viernes, 15 de noviembre de 2013







Escribí la carta aporreando las teclas con tanta fuerza que desplazaba el teclado. Las palabras salían fácil, con esa bilis acumulada que teñía mi piel y amargaba mis días. Le conté cuanto le había amado y como mi vida se desmoronaba desde que se fue. Le recordé los días de caricias en la playa y de piel salada. Esos años sin invierno, noches de vino y de recorrer los dibujos en nuestras pieles. Le pregunté por qué me quitó la libertad, por qué me creó en las promesas, en los planes de futuros perfectos, por qué me destruyó con sus silencios. Por qué se fue con ella, la que presentí en mis sábanas.
Le conté, lloré, vomité recuerdos tan imborrables que parecían grapados en la piel. Respuestas sabidas de antemano, antes incluso de formular la pregunta.
Cuando terminé me dolía dentro, en el estómago, en los pulmones. Me dolían los dedos y los ojos. Me dolía andar, respirar, me dolía la vida.
Doblé las hojas y las metí en un sobre. Escribí su nombre despacio, dibujando cada letra, puse la dirección, pegué los sellos y salí a la calle.
La prisa había desaparecido, caminé despacio. 
En el mismo momento en que la carta atravesó la ranura del buzón, supe que le había inventado.

                                  Se lleva perder, está de moda.








jueves, 14 de noviembre de 2013







El ruido blanco llena la habitación y mantiene mi mente vacía. Sujeto mi cabeza con ambas manos, el televisor sigue zumbando. Enciendo un cigarrillo y dejo escapar el humo despacio. Miro mis pies descalzos con restos de arena.
Las imágenes danzan en mi cabeza entre la nebulosa del sueño y la certeza de ser un recuerdo.
Su mirada burlona ante mi incapacidad de hacer que se quede y después la sorpresa en sus ojos cuando el cuchillo entró frío y fácil. Todo el amor se me vino de golpe, cuando su cuerpo se abandonó en mis brazos como tantas otras veces en un último abrazo.



lunes, 11 de noviembre de 2013





Me besa el pelo, la frente.
- Te lo has aclarado?
- No, es del sol, en un mes volverá a su color.
- También me gusta así - Lo acaricia.
Está incómodo y se nota, acuclillado en la roca observa como el mar golpea y se levanta, la espuma llega hasta nosotros. Estoy tumbada boca abajo, descalza, intentando conseguir la foto perfecta. La foto que parezca engullirnos y hacernos desaparecer.
Me canso, las perfección no existe y el mar no tiene hambre, es indiferente a mis caprichos de terminar lo no comenzado. Caminamos por las rocas, me tiende la mano, no me hace falta pero la cojo, está fría, al contrario que su cuerpo cuando me abraza ya en tierra firme. 
Me queda ese frío enquistado, encapsulado. Soy así siempre me descarto de los ases.

                           Ya siento el dolor y no tengo la herida.



 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Dime si te molesto,

dijo él al entrar,
porque me marcho inmediatamente.

No sólo me molestas,
contesté,
pones patas arriba toda mi existencia.
Bienvenido.

Eeva Kilpi
 
 





  Llueve, ayer desayunamos en la terraza, extraño Noviembre. Después volvimos a la cama en la indolencia que da el deseo satisfecho. Aún quedaba calor y esa humedad que dan los besos.
-Has vuelto- dijo.
- De donde?- pregunté
- De la vida Wendy, de la vida...
  Somos un estereotipo y los estereotipos no funcionan en la vida real. No le des mas vueltas muchos no vivirán nunca lo que nosotros tenemos ahora. Es lo que tiene caminar sobre una línea, que si cierras los ojos y das un paso, estás dentro y fuera a la vez.


martes, 29 de octubre de 2013







Nada que decir y todo por contar. Todo ahí, agolpado en el estómago creando bilis, cosas que deberían salir escupidas para que otras salieran despacio, derramadas. Me cuesta abrirme, pero me encanta escuchar.
El otoño se resiste a llegar, lo necesito, necesito oír crujir las hojas bajo mis pies. Nos sentamos en una terraza, café con hielo y buscamos la sombra a finales de Octubre.
-Yo fui durante un tiempo su chica del sexo por teléfono- me dice.
La miro, "pero que coño está diciendo?" no estoy muy segura de cual quiere que sea mi reacción, me sorprende que haya abordado así el tema. Mi reacción ha debido de ser la esperada porque continua su relato, no hay preguntas, dejo que desenrede la madeja.
Me siento como una marciana.Yo y mi necesidad de conectar en un mundo desconectado de lo humano, suenan los Whats App, la gente mira sus pantallas, yo también lo hago.



domingo, 27 de octubre de 2013






He decidido dejar de escribir toda esa mierda pretenciosa, dejar de intentar complacer, reconocer que he defraudado, a otros, a mi. 
A pesar de eso me levanto, me miro al espejo y no solo me reconozco, además me veo bien. Veo lo que soy, en lo que me he convertido en estos años, algo que me permite dormir por la noche. Dormir, dejar que la mente se muera, no que descanse, necesito que muera y resucite cuando despierto, como encender el laptop y haber guardado solo lo que yo quiero. Quiere guardar los cambios efectuados? No... Si. 
Yo no cambio dicen algunos... Le quiero como el primer día... si de verdad? igual? Pues yo no quiero igual, ni lo mismo y puede que no cambie, pero evoluciono. Ya no tropiezo, ahora doy patadas a las piedras o las recojo y las uso para reforzar mi muro o para alejar a los "perros"
Aviso, voy a vomitar.



sábado, 21 de septiembre de 2013





No sé que día es hoy,
tal vez hoy sea ayer.
Me pierdo en el espacio tiempo del aquí o allí,
el ahora o nunca
y la vida en medio.
El futuro empujando cansado de esperar
y yo entre paréntesis,
anclada al deseo permanente de deseo.
Dejaré que sea tu cuerpo el que me distribuya,
en espacios de sexo y de vigilia.
desaparecerán los días,
en la necesidad de etcéteras.


 
 

domingo, 25 de agosto de 2013









No dejó de escribir, simplemente dejó de leerse, al igual que hubo un tiempo en que dejó de quererse. Fue un tiempo de caminar contando baldosas, porque es mas fácil dejar que la vista se derrame, que sostenerla.

Un murmullo de olas y rayos de sol golpea sus oídos y entra en su mente, levanta sus ojos color marihuana y el cielo comienza en esa boca de hablar pausado "you can't start a fire without a spark". El mar a su espalda, delante, detrás, a sus pies. Naúfraga en un abrazo.

Y nacen las nuevas palabras, agolpándose en los labios en los intermedios de besos. Sustituyendo a las viejas y gastadas, como se cambian las sábanas después de la fiebre.


lunes, 20 de mayo de 2013

El sábado en el CDAN de Huesca




Inicio con la performance de Amador Castilla






Visita guiada para los niños


Taller infantil


También para los mayores, microteatro y recital lírico.


Alguna de las obras...

Carlos Garcia Lahoz.


Carlos Garcia Lahoz.


Carlos Garcia Lahoz.

También  " Fluido atmosférico " de Luis Alcaraz


Exposición de los trabajos del taller infantil...


Un día completo, para repetir.


martes, 30 de abril de 2013



C G Lahoz


Me desvisto de la piel con la que vivo. La no inmaculada, la tachonada  de días, cincelada de recuerdos, desmemoriada a veces en el roce de dedos. La que se abre a los labios que liban olas de galerna que comienza en mis ojos. Piel que duele con la música, que se queja y gime sin el roce de otra piel, que tirita tibia en la presencia de él, el que vino desnudo de sentimientos. Me desvisto y es entonces cuando me hago visible.



jueves, 25 de abril de 2013






Mira el hueco tras el seísmo, solo un paso, infinito,
un abismo con un puente tendido,
las risas, los gemidos, todo ello está escrito.

Tu me completas, me acabas, me mientes,
rompes mi corteza y me muerdes,
dentelladas al aire me empapan de baba.

He tendido mis ojos al sol, la tinta ha curtido mi piel,
párrafos inacabados, demasiado largos para ser leídos sin producir nausea, atragantamiento

No cambiaré las frases de la memoria, no perderé la poesía en el olvido,
seguiré latiendo en puntos suspensivos en la espera de la historia prometida,
en la desesperanza del buzón vacío.

Fue un sueño, no se puede tener lo inasible.









miércoles, 24 de abril de 2013





Ha sido una velada perfecta, nuestros mejores amigos, risas, copas, conversaciones agradables. Sofia ha estado genial, como siempre. Con su melena recogida y su cuerpo breve que se mueve suave, incansable, incombustible. Todo lo que me gusta, su vestido verde, las flores azules en la mesa, el vino de nuestro primer viaje, el que bebimos aquella noche cuando nuestros cuerpos naufragaban uno en el otro, cuando no sabíamos pasear sin cogernos de la mano.
Me ha besado en la frente al ir a sacar el postre, su mano en mi hombro, induciendo mi inmovilidad en la mesa. Ha vuelto sonriente, su pelo ondeando en sus hombros, Félix llevaba los platos, aplauso en las miradas, tarta de chocolate.
Son las tres, la música ha parado, el lavavajillas ha terminado, voy a bajar la basura, cuando suba naufragaré en el enorme charco del salón, no debió soltarse la melena.






martes, 16 de abril de 2013






He muerto un martes, cuando me quité el vestido de verano y los zapatos de tacón, cuando dejé mi piel expuesta a sus palabras, a las miradas de los pájaros que están en la ventana, que mueven sus alas sin plumas. Aves de cemento que observan el negro sol, incapaces de levantar el vuelo, picotean entre los escombros. 
He muerto cuando no hubo reflejo en el espejo empañado, o eran mis ojos?
No dejé sombras en la esquina que huele a geranios, a rosa chicle y carmín. Las esquinas huelen a colores de encuentro. 
Me he ido mientras esperaba tu llegada inesperada. No sabias que vendrías a mi mente, a mi recuerdo, a mi orilla, a mi balcón florido.
Me fui pero sigo aquí, anclada a esta silla fría, mirando al frente, al vacío, a la ausencia. 
Cuando te sientes no hables, solo toca mi pelo y siente como me fui.






miércoles, 10 de abril de 2013







Mi amante la muerte me susurra al oído, en este anochecer de cielo naranja como un veneno. 
El mar esta en calma, atrapa las luces que no despiertan a los peces. Son las luces que acompañan al caminante, las que ocultan los besos en la arena con el agua enredándose en los pies, las que cobijan el trapicheo de cuerpos y sueños, esconden la navaja en el bolsillo y el puño apretado. 
Mi amante me llama a su lado, me dice que me acueste y me abandone a sus caricias de olvido. Es una amante solícita, desde hace semanas viene todas las noches. Me cubre con sus fríos abrazos, besa mis labios y mi sangre se vuelve espesa como la brea. Su olor a redes rotas y abandono me deja sin aliento. Se va al alba, con las aceras desperezándose bajo la ducha de los hombres de verde, que las lavan y las peinan, con el olor a café y a pan con nocilla. 
Se que me es infiel, visita a otros con las mismas promesas, pero ninguno la quiere como yo, que recuerdo su nombre por las mañanas.




martes, 9 de abril de 2013







Estas sujeto a la roca, soportas los golpes de las olas que parecen querer darte todas a ti, es el año impar de los golpes pares. En la roca que se sumerge con tus dedos aferrados, el agua espumada cubre tu cabeza y sale por tus fosas nasales. Es fácil respirar, lo difícil es hablar.
La cuerda está al alcance de tu mano, la ves mecerse, hace tiempo que quieres sujetarte y trepar, salir de ese acantilado al que te han empujado, pero no puedes, no quieres, aun no. La gran C pende sobre tu cabeza, ves peces ahogándose, mueren y caen a tus pies anclados al fondo. Te da miedo pisar tierra firme y que te devoren las miradas, los ojos que no entienden que el océano sigue derramándose por tus ojos . Tu boca se ha cerrado y es el mar el que grita. 
-Agarra mi mano, ven... tengo un paraguas, dentro llueve.





viernes, 5 de abril de 2013







Agotado el día busca refugio en el vaso donde hundir sus ojos, en el liquido ámbar que da color a las noches de sus días en blanco y negro. Dos copas, levanta sus ojos y allí a su izquierda la ve, sus ojos de persianas cerradas, su espalda rendida. Suena The good life, que ironía, Cassandra Wilson derrama su voz de humo y bourbon. El mueve sus labios, desde su boca se pasea una historia, parece que habla para él, pero las palabras reptan despacio hasta ella y consiguen que levante los ojos. Lo mira absorta durante el tiempo que dura el cuento de final inacabado. Fuera llueve y el camión de la basura devora los restos de vidas como una hiena hambrienta. Se buscarán, ella necesita a su contador, que deja sus manos quietas anillando el vaso mientras sus labios fabrican la vida. El la necesita callada, invisible, sin preguntas ni reproches. Mil y una noches de enlazar historias y novecientas noventa y ocho de enlazar sus cuerpos. Mentiras no escritas, dormidas, que les aplazan un día más la condena de soledad.





miércoles, 3 de abril de 2013







Te despiertas con ese hambre de palabras, llevas dos días dejando resbalar las lágrimas.
Te has devorado las uñas de la memoria.
Sobre la mesa apagado, consumido, el ultimo cigarrillo que dejó en su adiós. Respiras las volutas de humo que desaparecieron en el aire, escapando de su boca entre reproches. Palabras que llovieron sobre tu cabeza, encharcando tu mente ahogando las suplicas y que ahora se derraman formando un charco a tus pies, un océano.
Llamas por teléfono y le dices que tienes raíces en los muebles, que la lluvia de tus ojos se contagia, que has visto un pez que devora las mariposas que huyeron de tu estomago. Te dice que abras la ventana para que entre el aire. 
Fuera hace sol, un perro ladra. Un ruido sordo, los huesos suenan como canicas en la acera. Ya llega la ambulancia.


martes, 2 de abril de 2013






El presente está escrito en las paredes de la cueva. Estamos viviendo un futuro gastado. Intentamos borrar el pasado, sin darnos cuenta que es como quitar los peldaños de una escalera. Si no puedes volver, no puedes avanzar. Parado, estancado en el centro de un camino de dos direcciones. Hacia ti, sin ti, contigo.
Miras tus manos manchadas y las apoyas en la roca. Arrastras los dedos, desdibujas. Roca limpia, virgen preparada para contar la historia.
Es ayer, será hoy. Relojes de arena llenos de piedras, incapaces de pasar al otro lado, de marcar el tiempo. Los agitas intentando desmenuzar tus tropiezos.






El tiempo es un invento de la mente, 
que no es capaz de distinguir lo real de lo soñado.




martes, 26 de marzo de 2013






La presentí de repente. Noté su aroma envolviéndome, la miré y no comprendí como podía haber sido invisible para mi, durante toda la tarde.
Me acerqué y hablamos, de todo y de nada. Una conversación sin principio ni fin, con el único propósito de permitir hablar a nuestros cuerpos.
Nos amamos aquella noche en mi cama y muchas otras a partir de entonces.
Mi vida empezaba cada mañana y se paraba al final de la tarde, cuando ella llegaba y se quedaba hasta que nuestros cuerpos se rendían. Dejaba su olor en la casa, en mi cama , en la escalera.
Fueron tardes y noches de sonidos sin palabras, de querer desaparecer en ella, de no conocer su nombre y de despertar solo.
Una tarde ella no vino. Yo llevaba todo el día acatarrado, congestionado y embotado. Pasaron las horas y empecé a pensarla. No fui capaz de verla, como no lo fui al principio. Solo el olor de su piel parecía concretar su presencia. Ese olor dulce y salado, a madera y rocío, a vainilla y a olas.
Desde entonces la busco incansable entre ellas. Busco sus ojos asomados de césped, entre ojos de cielo y tierra. Busco la curva de su cadera del tamaño de mis besos, en caderas de llanuras y cordilleras. Busco su pelo ondulado donde buceaba a veces y me enredo en bosques de algas.
Busco su aroma...
Estoy harto de mujeres que huelen a gofre.










sábado, 23 de marzo de 2013






Seca sus manos en el delantal y se acerca.
-Come que se enfría- susurra mientras roza levemente su hombro y le besa en el cuello. Huele bien, es un olor nuevo y a la vez conocido.
Lo mira, se embelesa con él. Le gustó desde siempre. Lo vio y dijo "para mi" y fue para ella y por ella. Ella que respira deprisa en el anhelo de compartir el mismo aire. Que su boca solo conjuga un verbo. Que necesita adverbios para el amor.
-No comes?- dice él.
-Comeré luego, no te preocupes. Ha llamado Marta, quiere que le ayudes a bajar unas cajas.
-Bajaré luego. Estoy cansado debo de estar incubando algo.
-Acuéstate un rato.
Lo mira dormirse, nota como su respiración se hace más lenta. Por un momento, piensa que no va a funcionar.
Sigue mirando, su absoluta inmovilidad hace que se relaje.
Se da la vuelta y se va a comer. Al salir tropieza con Marta que está debajo de la cama.










jueves, 21 de marzo de 2013






Pasea por las calles y sus pasos la llevan siempre a los mismos sitios. Unas cuantas viejas librerías con suelos de tarima deslustrada. Suelos que crujen bajo los pies, que avisan al propietario si estas delante del estante de Rimbaud o de Neruda. 

Abre los libros y pasea la mirada por sus paginas. Un libro, y otro, y otro mas. Da la impresión de que ninguno le interesa. Podría pensarse que está pasando el rato. 

En su mente, se graban palabras nuevas y viejas como pleonasmo, dígrafo, súrculo, dilúculo, conticinio. 
Frases hiladas forman una maraña que ella lentamente destejerá en su soledad. 

En la soledad ella abre sus venas y deja que fluya la tinta. Abre su mente y deja que fluyan palabras y juntas palabras y sangre en sus paredes, en cientos de hojas amontonadas, escribiendo la vida y borrándola un poco cada día.


 Vincent Castiglia


El pintor neoyorquino Vincent Castiglia muestra en su última exposición pinturas creadas con su propia sangre.
Castiglia, de 30 años, comenzó a experimentar con este material por la necesidad de conectar con su trabajo “al más íntimo nivel”Según el artista, la sangre humana contiene óxido de hierro, un pigmento que se halla en muchas pinturas tradicionales y que surge de forma natural en el mineral de hierro y en el óxido común.


miércoles, 20 de marzo de 2013






Son ladrones de tiempo, roban sueños para pensarse. Arañan el día, arrancando migajas para acercar sus pieles.
Se sientan delante de sus copas, bebiéndose en furtivas miradas. Sin rozarse, se cuentan, ríen, dibujan un mapa imaginado de sus pieles. Un plano del lugar donde ansían perderse. El calor de sus cuerpos se hace tangible, inunda su espacio, su circulo de confort y dibuja una linea que los aísla.
Su tiempo se acaba, ese tiempo limado de sus vidas.
Despedida sin palabras, con la piel tachonada de urgencias, pespunteada por el deseo.
Se bifurcan, ella escucha su nombre y se vuelve, él está inmóvil.
-Que he olvidado?
Roza su pelo y la besa urgente, en el anonimato que da cerrar los ojos.



martes, 19 de marzo de 2013






Pasan los días, arrastrándose en nuestras vidas, como nubes que hacen sombra en las aceras. Tropiezas y te quedas. Un día, un año, dos, la mitad justo de una eternidad. Pensaste que duraría y no. 
Y te enfrentas a un cielo azul, sin pájaros, ni cirros, ni sombras, ni cúmulos, ni nimbos que te lleven al limbo. Te abrasas y esperas a que vuelvan las nubes, que enredan tus pasos. 
Tropiezas de nuevo, y te quedas en la sombra que pensaste seria tormenta de verano y es llovizna, rocío, monzón. Humedece, lava, ahoga. Te impide mirar al cielo.
Se pasean los días en el cielo, mientras vives en las nubes.