Anoche en Zaragoza... Noche erotizante.
Aquí estoy, en la húmeda mañana de domingo, después de la resaca de palabras y ausencias. Esperando tu boca que se acerca a mi boca, que comienza en mi boca. Sometiendo mis palabras, amordazándolas reduciéndolas a monosílabos.
Tu boca en mis pechos, en mis caderas, en mis rodillas y entre ellas.
Bajo mi ombligo a tres centímetros,
a ocho
...
a ninguno.
En la dulce agonía, del orgasmo.
Pequeña muerte de domingo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario