Abotono el abrigo
de la indiferencia
y salgo a la vida.
Recorro las calles,
compro pan,
poesía,
colores de otoño,
fruta,
olores de mar,
miradas de lluvia,
sal,
el ruido callado
que hacen nuestros cuerpos.
Voy pisando charcos,
con mis pies dormidos.
Llevo en los bolsillos,
piedras del camino
para mis tropiezos
y pequeñas ramas,
prendo de mi pelo.
Y al volver a casa,
coloco en mi cuerpo,
lo que tu soñaste
cuando me inventaste.
Nuestra imaginación y creatividad son dones que debemos aprovechar al maximo. Tienes un gran talento, ojala algún día te decidas a publicar tus relatos.
ResponderEliminarEspero impaciente la siguiente entrada.
Gracias Iset, me siento muy halagada, pero soy un grano de arena en una duna......
EliminarEl universo esta lleno de estrellas y realmente brillas con luz propia, cree en ti, confia en ti y sigue escribiendo cosas tan bonitas que llegan al alma y al corazón de quienes te seguimos en el blog.
EliminarTu inspiración es infinita como el universo.