Pensé que llovería
y me quedé esperando.
El olor de la vida,
llorando desde el cielo.
El sonido de pasos,
golpeando el asfalto.
Pensé que llovería
y borraría el paisaje
de polvo acumulado,
en los años pasados.
Y pintaría uno nuevo,
de colores lavados.
Pensé que llovería
y se emborronó el cristal
y noté las gotas
resbalando sin prisa.
Pensé que llovería
y se formó un charco,
en el hueco de mi halda
y era yo que llovía.
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